PROMETEA



 "Prometea"  de  Gabriel Penner
Estrenada en el año 2013 por el Grupo ÍconoTeatral de Argentina
Actuación y dirección: Silvia Piccoli
Asistencia: Santiago De Belva

 (Páramo de altura)

Fuego sobre la tierra gris de los hombres encontré.
Y los dioses me castigaron a mansalva.
Dicen que osé acercarme a la luz.
Dicen que osé rebelarme al barro de los tiempos.
Dicen, -y he ahí mi sentencia-, que disputé el saber.
Heme aquí en el peñasco encadenada al destino que supe conseguir, mi condena es el desierto, pero he de preguntar: ¿Quién está exento?
Ay mis tripas nutricias!
¿Cuántas aves carroñeras gozarán de mi estupor?
Ay mis tripas nutricias!
Yo, la Infectada, haré palabras con mis llagas y de mis colgajos preguntas
La Sed,
me han dejado en estas míseras alturas,
la Sed es conducta.
Yo, la Abandonada, hija bastarda, he conocido la hybris y ahora me atengo a las cadenas.
Qué es el hierro sino la marca que atestigua la cólera de los Padres!
Ahí vienen los graznidos a comer de mi hígado putrefacto.
Ahí caen como flechas negras los enviados del Enojo.
Oh Zeus cómo pude con un acto insignificante ganarme tu furia!
Oh Zeus cómo logré ser desde ese momento la Peligrosa!
No escucho.
Ah si, la disputa.
El saber.
La cuestión.
El poder.
El fantasma.
El ser.
Ah, de eso se trataba, de tu hegemonía viril.
Tanta impiedad para una grieta!
Tan solo una chispa te ha invitado a devorarme.
Tal es el agravio para ser la Merecedora de tu sodomización perpetua.
Hombres, desde el polvo anuncio mi resistencia, quien tome la gran antorcha caminará hacia el ostracismo.
Exilio del exilio del exilio es el conocimiento.
Zeus padre azotará con su falo todo cuerpo que se desvíe de su juicio.
Y aquí estoy, la Enjuiciada, figura repugnante de pies descalzos, sangrantes entre las piedras abominables, que no pierde la Sed que es conducta, la que augura desde el acantilado el Hambre de la humanidad.
Yo, la Acusada, he puesto a los Efímeros en la senda de la duda y por esta astucia el martillo de Hefesto apresó mis miembros, no así mi lengua.
Yo, hembra titánica, declaro ante este viento filoso y ante el coro de testigos: el Orden se abre, Zeus no es destino!
Los mortales reciban de mí la férula de las artes y con ella que comience el Gran Incendio.
Y mi dolor expuesto en estas cadenas no es nada frente al temblor del Olimpo.
Cae la máscara.
Todas las máscaras.
El teatro acontece con cuerpo de mujer.
Y en este territorio se desata la guerra.
El teatro es la verdad del instante.
Prometeo es Prometea!
Oh Zeus, nada te ofende más que este agujero en tu seguridad fálica!
Yo, la Sangrienta, ejercito la desobediencia, reniego de tu semen de poder unívoco, me enfrento a tu tiranía para parir la Búsqueda.
Lobos y mastines alucinados por tu fiebre me rondan, acechan mis leches elementales.
Y mi hígado, noche tras noche, se repone de los embates de la rapiña.
Y allí abajo los aprendices corean la lección.
El Saber engendra Poder.

Sí, la negación está en marcha.
Sí, no se me permite la muerte.
Sí, he de vestir la Agonía.
Sí, me has apartado de la hospitalidad.
Sí, mi nombre suena a caída.
Más, insisto:
Otro Arte asoma para ser habitado.
Prometea imprudente!
Gritan tus fauces,
has dado el paso equivocado,
Llevarás a los hombres al destierro,
a deambular por arenas,
imitando a los Dioses.
Infundiendo mentiras.
Maldita mímesis del descalabro
Prometea encadenada!
Dice mi lengua incipiente
a libertades ígneas.
Cuánta vida ha de resplandecer en cada acto!
Cuánto Ser se desoculta con un movimiento!
Un gesto,
un silencio
una palabra
Cuánto! Cuánto! Cuánto! Cuánto!
Eso es:
Oh Zeus, mi traición es fundante…
Mis manos, mis ojos, mis pezones, mi vulva, mis miembros todos sublevados
anuncian el mensaje de la Anarquía.
Ha llegado el Teatro.
La amarga sonrisa.
La insaciable letanía.
Oh Zeus, este es el momento de lo Innombrable.
Aquellos que vienen
sufrirán mi culpa
cosecharán mi deuda
naufragarán por los mares de los tiempos.
En una praxis sin ley.
En una praxis sin ley.
En una praxis sin ley.
Yo, la Cautiva de tus sucios grilletes
desnudo en mi cuerpo tu ausencia.
Y de las ruinas de esta piel reseca florecerán hijos hermafroditas.
Y llevarán el fuego.
Y se mostraran Necios.
Esto, que mis befos escupen, es el Prologós.
Arrodíllome sobre mi peplo manchado.
Manto de ofrenda.
Sangre de fémina.
Aquí yace mi linaje que será expatriado de la Polis.
Marginado como ésta al promontorio.
Negado y vapuleado.
Confinado al paraje de la Doxa.
Oh Zeus, Dueño del latido de todo lo conocido!
Amo y Señor de dioses, titanes y mortales!
Escucha estas últimas palabras que serán diseminadas en una diáspora sin igual:
Infiel es el arte de los expulsados
Y su nombre es Teatro.
(TELÓN)